Un Geoparque es mucho más que geología. Se diferencia de otros territorios por su gestión coordinada, sobre la base del acuerdo de los agentes sociales y económicos, que debe tener impacto directo en el territorio mejorando las condiciones de vida de sus habitantes y su medio en general, y debe tener un papel activo en el desarrollo económico del territorio, que se basará, entre otras políticas, en la promoción del patrimonio geológico, el geoturismo y los productos locales de pequeñas y medianas empresas. Además de la perspectiva de gestión que se manifiesta en el propio territorio, los Geoparques trabajan intensamente con una perspectiva externa, proyectándose hacia el exterior.

El territorio constituido como Geoparque se adhiere a una red de cooperación europea y mundial. La Red de Geoparques Europeos (European Geoparks Network, EGN) es una red especializada que permite el intercambio de experiencias y buenas prácticas, donde sus miembros se apoyan mutuamente para el logro de sus objetivos. Cada territorio debe trabajar por el desarrollo y cohesión de la red con un espíritu de complementariedad, y aportando lo mejor para alcanzar una imagen común de calidad, y mantener el prestigio y reconocimiento de la Red. Los Geoparques aspiran a ser el puente entre un lugar, su patrimonio y sus habitantes, en un elemento que conecta a las personas con su medio, algo cada vez más importante teniendo en cuenta los retos a los que nos enfrentaremos en el futuro, como civilización. Por la novedad que aportan, los Geoparques están considerados como los “nuevos territorios del siglo XXI” y se expanden por todo el mundo bajo los auspicios de UNESCO. Actualmente ya se ha superado la cifra de 85 Geoparques en la Red mundial (Global Geoparks Network, GGN).